Datos personales

viernes, 22 de octubre de 2010

El sillòn hamaca (El abuelo nos legò tantas cosas..)

Elegiste ese sillòn y a decir verdad era el lugar màs càlido para acurrucarse por ùltima vez antes de pegar el salto.
Fue hace mucho cuando vos y la abuela  alquilaron una casa en la costa y ahì estaba al sillòn.
Y asì fue como la abuela –que aùn criaba a Germàn- se enamorò del sillòn. (Y cuando ella querìa algo vos protestabas, refunfuñabas –si- pero siempre terminabas consiguiéndolo  por culpa de ese corazón sin barreras que te fallò el ùltimo dìa)
Y ese dìa volviste a sentarte en el sillòn como esas cosas que uno hace sin pensar.
Creyendo que al dìa siguiente va a repetir lo mismo.
Pero ese dìa ya no se repitió.
Y el sillòn ya no te tiene sentado leyendo.
Pero nosotros estamos acà sintiendo que seguís ahì…aunque no tomemos tu sopa y  ni comamos tu mondongo.
Aunque sea raro andar por la casa sin verte ….pero sabemos que estàs acà, muy adentro de cada uno de nosotros. Dàndonos todo lo que necesitàramos.
Como cuando la abuela quiso el sillón…y convenciste al dueño de esa casa alquilada que te lo cambiara por el calefón elèctrico.
Porque en el fondo vos presentías que en ese sillón dormirían todos los nietos.
Al igual que vos con tu mirada él abrigaba implacable a todos los que quisieran ser acunados en algùn regazo generoso que se ofreciera para tener a un niño.

En lo màs secreto de tu corazón vos sabìas que ahì quedaría tu ùltimo dìa a la verita de todos , y después pegaste el salto luminoso , para quedarte en el corazón de cada uno de nosotros.
Nosotros, abuelo que te queremos y te extrañamos tanto…
Nosotros como Sergio que manoteò el telèfono para avisarte que lloviò en el campo.
Nosotros como Fla que no hace otra cosa que llenarnos de tus fotos porque no deja de extrañarte.
Nosotros que nos parece que es chiste … y que un dìa de èstos vas a estar de nuevo ahì paradito cocinando y diciéndonos a viva voz:

-          Vamos ¡che!! sièntese a comer, que se enfrìa!!...

Nunca se enfrió tu comida.
Nunca podrìa enfriarse esa comida porque fue lo màs càlido que alguien pudiera haber comido  alguna vez. Fuiste el abuelo que toda persona sueña para sus hijos.

1 comentario:

  1. Qué dulce porvenir nos regalan los abuelos Roxana!!, sus aromas mundanos, sus decires sabios, sus miradas cómplices,siento las manitos de mi abuelita asiendo las mias,y bien me soltaba me dormía con ese olorcito a lavanda,impregnado en sus libros, su cama, su sillita de madera con el almohadoncito tejida la funda por ella, en su telar...
    lavanda que dejó en los ojos de mi mamá y de Eli, los dias grises...

    ResponderEliminar