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lunes, 6 de junio de 2011

Esta chiquita ...también es un poco mía...si me permiten


En esa época tenía 5 años pero igual entró a primero por esas cosas que -por suerte- la burocracia argentina a veces no advierte.Entró callada muy seria a mi aula.
-¿Cómo te llamás?- pregunté
-Thabata-respondió mirándome con esos ojazos preciosos y con unas pestañas ...que parecían postizas.
En la primera semana de clases se quedó dormida , apoyadita con su cabeza en las manos, arriba del cuaderno.
No !! no piensen que mis clases era aburridas.
Es que mis clases eran un sueño....
Pasó tanto tiempo que ya tiene más de 20 y un día (muy feliz para mí ) me encontró en el facebook...(será por eso FACEBOOK que tu adicción me hace mal y sin embargo te quiero??) y junto con ella recuperé a un puñado de niños...ya adultos que adoro.
Encima -como si fuera poco- me escribió algo tan lindo con lo cual me identifico TANTO que se los presto ...que lo disfruten. Gracias Thaby!
Cielo de palabras.
“Una palabra, en algunos casos, solamente eso es necesario para cambiarlo todo. Algo dicho en el momento justo puede transformar completamente una situación, un pensamiento o hasta una vida. Pero, ¿cuál es ese momento?. Es muy difícil saber cuando es oportuno y necesario decir algo y que se debe decir, por eso la mayoría del tiempo preferimos la nada. Es mejor callar si no se puede mejorar el silencio, ¿no?. Pero, ¿quién juzga si somos capaces o no de mejorarlo?.
Si por compartir todo lo que se piensa, de entre cien dichos logramos que uno, solo uno, sirva para que alguien se sienta más acompañado o comprendido, ¿no debería ser suficiente para hacerlo?.
Cuando uno analiza las cosas por su cuenta, todo lo que lo forma lo condiciona, y se vuelve preso de si mismo. Pero cuando se expresan los demás, el eje de un pensamiento distinto permite sacar teorías y conclusiones nuevas. En lo que nació de mentes ajenas es más fácil soñar, volar, y conservar la esperanza. No existe nada imposible, porque al no conocer lo que el otro imagina, no se puede siquiera concebirlo como idea.
Todas esas palabras que el otro quiere decir y nosotros queremos escuchar, forman un espacio infinito, un cielo, una bóveda imaginaria donde se distribuyen libremente, un lugar donde todo puede ser porque nada lo reprime. Es algo alcanzable a la vista y a la vez distante. No se puede ver todo y siempre hay algo nuevo para descubrir, por eso es tan intrigante, tan sublime, y por eso cada aporte es tan importante. Por pequeño que sea es esencial en un todo y siempre habrá alguien que lo escuche, para quién será mejor que un silencio." Thabata Al mandos 

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