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lunes, 26 de mayo de 2014

Un cuento para aprender a confiar..en nosotros mismos!

Hace muchos muchos años, en un monasterio chino vivía un aspirante a monje con muchos deseos de aprender. Un día, su maestreo le dijo que iban a viajar. El aspirante muy ilusionado se preparó para ello. Estuvieron andando unos cuantos días y finalmente llegaron a un pueblo dónde vivía una familia muy humilde. Les pidieron alojamiento y comida y la humilde familia les acogió y compartieron con llos lo que tenían. El aspirante a monje les preguntó que como subsistian. El cabeza de familia le dijo: “pues..tenemos una vaca”. El aspirante le miró con interrogación y el hombre le dijo ” La vaca nos da todo lo que necesitamos, nos da leche, nos da queso que luego cambiamos por otra comida, y ya está”.
Por la noche, el monje le dijo al aspirante: ” ahora, cuando estén dormidos, tira la vaca por el barranco” . El aspirante asombrado contestó ” pero …¿cómo voy a hacer eso? La vaca es lo único que tienen y es su sustento! “. El monje no dijo nada, se dió la vuelta y se fué.
El aspirante estuvo mucho tiempo pensando qué debía hacer, y como respetaba mucho a su maestro, fué a buscar a la vaca y la espantó para que se fuera. Luego le entró tanta culpabilidad que se fué y no volvió al monasterio. Pasó dias viajando y pensando en la pobre familia que se había quedado sin su sustento principal. Siguió viajando y pensando y decidió trabajar y ahorrar para algún día comprarles una vaca. Se sentía muy culpable.
Al cabo de unos años, después de trabajar duramente y reunir el dinero para comprar la vaca, el aspirante volvió al pueblo. Se acercó a donde estaba la humilde casa y vío un coqueto hotel, rodeado de un gran huerto, un lago y patos nadando en el. Se acercó al hombre que estaba sentado en la entrada y preguntó ” Perdone, ¿ aquí vivía una familia muy humilde hace unos años que tenían una vaca?” El hombre le miró y dijo, ” Si si, somos nosotros”. El aspirante lo miró y dijó “pero..como han prospoerado tanto ?”. El señor le dijo ” Pues mire, un día, la vaca de la que viviamos desapareció. Al principio nos preocupamos mucho, ¿ de qué ibamos a vivir? y entonces tuvimos que pensar. Vimos que nuestra tierra era muy buena para plantar verduras, y pusimos un huerto que floreció y dió frutos en seguida. Con las verduras hicimos intercambio por otros alimentos, y el resto las vendimos. Con el dinero que ganamos compramos algo de ganado, y los vendíamos, y con ese dinero pudimos ampliar la casa y alquilar habitaciones…y ya vé! ahora tenemos el único hotel de la ciudad!!
Relato popular

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