La rutina empezaba a bambolearme entre los avatares de sus caprichos.
De repente llegò
tu voz envuelta
en un papel de caramelo pegoteado
que entre mis libros cobijaba el tesoro de algùn lejano dìa de tu infanciaAsí pasò.
Y no pude evitarlo
Un halo de ternura me arremolinò.
Y solo por eso
La rutina desapareció
asesinada
por tu letra manuscrita
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