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martes, 1 de marzo de 2011

Esa mañana muy temprano.

Fue justo cuando el dìa iniciaba su trajìn

La rutina empezaba a bambolearme entre los avatares de sus caprichos.

De repente llegò
 tu voz  envuelta
 en un papel de caramelo pegoteado
que entre mis libros cobijaba el tesoro de algùn lejano dìa de tu infancia

Así pasò.
Y no pude evitarlo

Un halo de ternura me arremolinò.

Y solo por eso
La rutina desapareció
asesinada
por tu letra manuscrita

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