Muy gris.
Llegaba a mi trabajo, como cualquier otro día.
Preocupaciones que parecían infiernos pululaban amenazando el lugar de mi corazón que reservo para la sonrisa.
Miré distraída mi bolso buscando quien sabe qué.
Ahí lo vi.
Rescatándome de mis pensamientos vagos.
Pequeño, deslucido y rasgado, no medía màs de 5 cms
Un humilde papel que asomaba desde una agenda.
“mami te amo” decía
En ese instante empezó a llover, pero en mi universo saliò un sol radiante y càlido. Que abrigó una esperanza.
Era tu letra.
Recién aprendías a escribir.
.........
Estabas a upa de papà y te venìas conmigo.
Luego al revès.
“Un ratito con cada uno asi no se pelean”
Tu mirada còmplice de nena mimosa secuestradora de corazones
nos daba explicaciones, conformándonos.
Y ahora niña mayor, conservás esa misma mirada.
No me explicás que un ratito con cada uno. No hace falta.
Sos un manantial que regala cariño sin prisa.
Y sin cesar.
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