A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso – reveló –. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear. Y, quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano
Tal vez no me conoces, porque no suelo hacer muchos comentarios, pero estoy apoyando a un blog argentino en Viajes,(y no es el mìo, es el de ina amiga) en el concurso de 20minutos en el cual vos participas y con un solo voto más pasa a segundo lugar, si te gusta nuestro país y el blog de PERSONAS COMUNES, dale ese empujoncito…Feliz 2012. http://personascomunes.blogspot.com
ResponderEliminarExcelente cuento.
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