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lunes, 16 de abril de 2012

Y pensar que en ocasiones…me quejo.

Manu tiene un gesto duro a pesar de sus 16 años y de la frescura de su flequillo, y la cola de caballo que a veces se torna trenza. Viene siempre al colegio, solo en ocasines faltò a clase.Y yo soy la preceptora de ese quinto año que tantas historias tiene escritas en sus paredes con tinta .Una tinta invisible, pero, indeleble.
Cuando habla suena dura; respetuosa pero ….dura. Su voz nada femenina, ni maternal no deja asomar ni por las dudas la verdad que guarda su triste realidad.
Pero ese dìa faltò al cole y una de sus amigas se acercò casi en secreto a decirme que me querìa contar la razòn de que Manu hubiera faltado. Laura tenía la tarea –por encargo de Manuela- de hacèrmelo saber.

- Manu tuvo que ir a ver a la hermana Prece; al penal- reveló con la necesidad de las ollas presiòn cuando se les afloja la vàlvula.
- Ah, ¿està presa?-
- Si Prece.Por tràfico de drogas-
- ¿Segura que por tràfico? ¿no serà por tenencia?- me animè a preguntar con la esperanza que me daba el instinto de tratar de entender.
- No, no . Fue por tràfico. Le encontraron en la casa las drogas; hace una año, ahora va a empezar juicio. Pero Manu cuida los nenes.
- ¿La hermana tiene chicos chiquitos?
- Si.Cinco. Manu cuida dos; de 3 y 5 años. Los otros tres se los llevò el papà , pero el papà de èstos està tambièn en otro penal.Manu les dice que la mamá està trabajando, que ya va a volver.Pero no saben cuando. Pidieron que le pongan la pulsera de libertad monitoreada, para que pueda estar en la casa con los nenes y cuidarlos pero por ahora no se la dieron.
En 5 minutos me enterè de la triste historia de Manuela. Mi Manuela de la mirada dura.
Esa Manuela con su vida triste. Una Manuela de tantas…que se convierten en mamás de repente.
Ésa Manu que les limpia los mocos y baña a los sobrinos. Le saca los piojos y les secan bien las manos para que no se les paspen. Y les cuenta cuentos en los que hay una casita de chocolate de la que sale una bruja que le come la cabeza a la gente. Con sus quìmicos o con su ambiciòn. Esa bruja perversa que enriquece a muchos arriba. Gracias a ella se encarcela a muchos màs, pero de los de abajo.
Esos de abajo:¿nunca quisieron salir de donde están? ¿O quizàs habràn querido? Serà que no conocieron manera alguna para salir de la ciènaga? Pero no es la ciènaga de Macondo, donde todo lo imposible y soñado se hacìa posible y real. No. Es otra ciènaga. Una que te ensucia y te embarra pero no te deja salir tan fácil.
Manu no deja de venir al colegio porque ella quiere ser mejor que la realidad que observa a diario. Ella quiere creer que existe una razòn poderosa para ser. Ser una mujer que trabaja. Un ser humano que cree en la libertad y que quiere conservarla, aunque sea muy difícil por momentos.
Esa Manu chica pero grande, joven pero experimentada que lleva dìa a dìa , una carga que- para sus 17- es un poco pesada.

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